Hace unos días compartía con un amigo la idea detrás de ‘Hessian’. Una identidad de marca a la venta por $18,000 USD: nombre, logo, diseño, redes sociales, etc. Pero todo esto sin algo que parece importante: un producto o servicio.
Ben Pieratt decidió hacer las cosas al revés, y fuera de lograr vender o no a ‘Hessian’, ha logrado darle valor a una marca vacía por medio de lo absurdo y por algo tan impredecible como lo viral. Creó una marca que puede ser cualquier cosa, y a su vez espera convertirla en objeto de deseo. Si bien ya existen páginas como Brand Bucket donde las empresas pueden comprar una identidad de $100 a $8,000 USD, Pieratt cuenta con algo que los demás no: visibilidad. Visibilidad que puede ser de chocolate, por que ser conocido entre diseñadores no te sirve de nada, a menos que logres convertirlos en tus clientes.
Un día después, mi amigo fue la primer persona que saludó a Héctor. Y eso me hizo preguntarme, ¿cómo es que lo absurdo está relacionado con lo viral?, ¿qué tienen en común ambos casos?
Si tuviésemos respuesta, tendríamos a todas las marcas gritándonos (más) y tocando nuestras puertas. Yo sólo encuentro una cosa en común, no lo dijeron, lo hicieron. Me recuerda el caso de Nicko Nogués, quien decidió pagarle un boleto de ida a cualquier español que quisiera huir de su país para nunca regresar, ya que al parecer no hacen más que que quejarse de él. Estaba dispuesto a probar la voluntad de sus compatriotas.
Hacer es el nuevo decir. Ya todos estamos conectados, y sabemos a la perfección cómo comunicarnos. Es hora de tener el valor de hacer lo que decimos, alejarnos de lo hipotético. Perder el miedo a hacer algo distinto. Hablar de logros, no de metas.